¡Yo no soy digno de inclinarme ante él....

Excelente amanecer del domingo, es muy temprano, apenas las 5am...como dicen por allí el que madruga Dios lo ayuda....de todas formas amigos cuando despierten encontraran una reflexión escrita que de seguro contribuirá con sus inquietudes; sin embargo, recuerden que hoy es día del Señor. (Asiste a la Eucaristía). Hoy di inicio a la lectura del Evangelio según San Marcos, el mismo nos ilustra de forma muy clara a que entendamos lo que Jesús vino a cumplir en la tierra.....Hubo unas palabras que encontré allí que me marcaron y las deseo compartir con ustedes y no son otras que las que lleva por titulo este escrito de hoy; "NO SOY DIGNO".....estas palabras fueron pronunciadas por Juan el Bautista, hombre este que desde el vientre de su madre sabia que era lo que debía hacer en su vida; él tenia que labrar el camino antes de que Jesús llegase, el se encargo de bautizar con el agua, preparando a todos los hombres a recibir la hermosa promesa de Dios que era recibir el Bautismo del Espíritu Santo de Dios. Ahora bien, él decía que no era digno....somos nosotros entonces dignos?,podemos nosotros tener autoridad y pureza de corazón para inclinarnos ante Jesús; fijese Juan, hombre de Dios que hizo desde el vientre de su madre lo que Dios le había encomendado se sentía indigno.....crees tú como hombre que eres digno?, que eres capaz de actuar para Dios con la certeza de estar limpio?..pues yo creo que si, pero  lo importante de esto es la humildad y sinceridad que Juan el Bautista tenía y la que podamos descifrar cada uno de nosotros; por cuanto debemos reconocer que somos hombres y tenemos libertad plena en nuestra vida y eso nos hace vulnerable ante todo y por ello debemos recurrir en oración ante la purificación de nuestra vida ante el Altísimo.
Usted tanto como yo podemos profesar que no somos dignos, pero que si buscamos todos los días poder presentarnos ante Dios limpios de corazón y espíritu. Amigos, pensemos siempre que lo digno es buscar a Dios para que nos libere de las tentaciones del mundo. Amén, amén y amén.