El Respeto un Valor o Costumbre entre las personas?

En esta oportunidad quisiera compartir con todos los lectores y lectoras sobre este valor que se dice muy fácil y se exije con mucha fuerza y muchas veces sin ser capaces de dar Respeto, pero si pedirlo...El Respeto a mi modo de ver y en función a lo que he aprendido en la Santa Biblia, en la escuela, en el hogar durante mi formación y en la escuela de la vida que llevo como hombre...que el mismo implica reconocer hasta donde llego yo y donde inicia el otro, es decir, reconocer de la otra persona que también es merecedora de una acción de respeto por sus ideas, principios, condición social, limitaciones, angustias, alegrías y todo aquello que encierre el desempeño de la misma en todo su entorno. Respetarnos no es no meternos en los problemas de los demás, respetarnos implica reconocer hasta donde podemos nosotros involucrarnos en los problemas de los demás, pero sin dejar de prestar nuestra ayuda y comprensión...para el hombre de hoy es más fácil meterse directamente en los conflictos de los demás pero solo para criticar y no ayudar. Resumamos como cristianos como debemos respetarnos los unos a los otros en cortas frases:

1. Aceptando a los demás como son.

2. Aceptando sus diferencias de toda índole.

3. No invadiendo su espacio sin autorización.

4. No criticando a la persona.

5. Ayudándola en lo que necesite.

6. Brindándole apoyo moral y espiritual.

7. Compartiendo con ella sin esperar nada a cambio.

Amigo lector el RESPETO no es algo que se gana en una lotería, por el contrario se construye en la vida, con ejemplo, constancia y perseverancia...el respeto no es solo no gritar a los mayores por temor, es no hacerlo por que se lo merecen. El respeto es darlo sin esperar recibir nada a cambio. Si respetamos hoy a nuestro prójimo seremos respetados por ellos.

Finalmente observemos la aplicación de este valor de Dios para con nosotros: Dios nos respeta tanto que nos deja actuar bajo nuestra propia libertad, nos aconseja en su palabra pero jamás nos critica, si erramos no se ocupa de criticarnos, por el contrario nos enseña para que aprendamos del error. Si Dios es el creador del mundo y nos respeta en nuestra condición humana, entonces quienes somos nosotros para no respetar a nuestros semejantes. Amén y amén.